Naturaleza y biodiversidad: agua y saneamiento

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Ahogarse en la demanda

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Durante los últimos siglos, el crecimiento exponencial de la población ha incrementado la demanda de recursos básicos, como alimentos, energía e infraestructura. Sostener nuestra población y nuestros patrones de consumo depende de la disponibilidad y la calidad del agua. El agua dulce, eje del desarrollo económico, alimenta industrias como la minería, la energía, la agricultura, la fabricación y la tecnología, mientras que más de un tercio de la producción mundial de alimentos depende de los ríos, por su papel en el mantenimiento de la pesca, las tierras de cultivo de regadío y la agricultura de recesión de inundaciones[1].

La composición de la demanda de agua también está cambiando radicalmente. Las cadenas de suministro industriales suponen actualmente alrededor de dos tercios del consumo mundial de agua, y sectores como el alimentario, energético, manufacturero, farmacéutico, minero, químico y textil son responsables del 70% del uso y la contaminación del agua dulce[2]. Productos como los semiconductores son vitales para la transición a la energía limpia, pero la fabricación de semiconductores requiere cantidades importantes de agua ultrapura para evitar la contaminación de los dispositivos electrónicos. Una planta moderna de fabricación de semiconductores suele consumir entre 2 y 4 millones de litros de agua al día[3], es decir, prácticamente la misma cantidad que una ciudad de 50.000 habitantes.

Este cambio en la demanda es preocupante. Por definición, el volumen de agua accesible en nuestro planeta es fijo, pero la proporción que es dulce y utilizable para el consumo o los procesos industriales ha disminuido debido a la mala gestión y a la contaminación. Afortunadamente, la concienciación ciudadana sobre este desafío es cada vez mayor. Varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas tratan de abordar directamente los retos relacionados con el agua. Son el ODS 6, Agua limpia y saneamiento, y el ODS 14, Vida submarina*. Estos objetivos determinan metas ambiciosas para garantizar un futuro sostenible, transformando la forma en que gestionamos los recursos hídricos y prestamos servicios de agua y saneamiento para todos. La responsabilidad de aportar soluciones para atajar este problema recae en las empresas ahora más que nunca.

* Si bien respaldamos los ODS, tenga en cuenta que la ONU no refrenda nuestros fondos ni estamos afiliados a esta organización.

El delicado equilibrio de las aguas subterráneas

En ninguna parte están más claros los retos que en el análisis de las aguas subterráneas, las cuales tienen innumerables beneficios sociales y económicos, y actúan de forma crucial como amortiguador de la volatilidad de los niveles de precipitaciones.

Las aguas subterráneas suelen extraerse de los acuíferos, masas subterráneas de roca y/o sedimentos. Los acuíferos cuentan con una gran capacidad de almacenamiento y suelen estar más protegidos de la contaminación que las aguas superficiales. Aunque las circunstancias difieren para cada acuífero, también pueden ser una fuente de agua rentable y, a veces, de fácil acceso, con perforaciones fáciles cerca de donde se necesita el agua.

«En todo el mundo, 2.500 millones de personas dependen exclusivamente de las aguas subterráneas para sus necesidades cotidianas de agua, mientras que hasta el 50% de la población depende de ellas para beber».

Estos beneficios han llevado a muchas civilizaciones urbanas a depender considerablemente de las aguas subterráneas como fuente primaria de agua. «En todo el mundo, 2.500 millones de personas dependen exclusivamente de las aguas subterráneas para sus necesidades cotidianas de agua, mientras que hasta el 50% de la población depende de ellas para beber[4] ». Sin embargo, el crecimiento demográfico, el aumento de la riqueza y una regulación ineficaz se han traducido en niveles insosteniblemente altos de extracción de aguas subterráneas. Esto está agotando los recursos y poniendo potencialmente en peligro la seguridad alimentaria, el suministro básico de agua, la capacidad de resistencia climática y la integridad medioambiental de los humedales y cursos de agua dependientes de las aguas subterráneas.

Cabe apuntar que los acuíferos sufren de forma natural fluctuaciones del nivel del agua, provocadas por sequías prolongadas o precipitaciones abundantes. Durante las sequías, los ríos y los humedales reciben normalmente entradas de agua procedentes del almacenamiento de los acuíferos, lo que provoca un descenso de sus niveles. A la inversa, los episodios de precipitaciones permiten que los acuíferos se «recarguen». Sin embargo, los problemas surgen cuando introducimos la variable de la extracción humana de agua, que altera este delicado equilibrio de fluctuaciones naturales, ocasionando un descenso de los niveles de agua de los acuíferos. Si no se controla, esto puede provocar la desecación del acuífero, reduciendo el rendimiento de las perforaciones y aumentando los costes de bombeo, por lo que se hace necesario el abandono del acuífero.

La interconectividad del agua, la naturaleza y el clima

Estos retos van mucho más allá del agua en sí. La interconectividad entre el agua, la naturaleza y el cambio climático es cada vez más clara. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha destacado los amplios efectos del cambio climático en el ciclo hidrológico, que provocan una alteración de los patrones de precipitaciones y agravan los problemas de escasez de agua en regiones que ya se enfrentan a ellos.

Los efectos del cambio climático también se extienden a la vida marina. Se cree que en 2021 más de 1.000 millones de animales marinos perecieron a lo largo de la costa canadiense del Pacífico a causa del aumento de las temperaturas[5] . Estos hechos subrayan la necesidad apremiante de abordar los impactos del cambio climático en los sistemas hídricos. Nuestras aguas dulces albergan una increíble diversidad de 140.000 especies de agua dulce especializadas, pero un tercio de estas están ahora en peligro de extinción, como consecuencia directa de nuestra mala gestión del agua y de la contaminación[6] .

La contaminación

La otra cara de la moneda es la mayor necesidad de gestionar las aguas residuales. En la actualidad, el 48% de las aguas residuales se vierten sin tratar al medioambiente[7] , actividad que no hace sino aumentar debido al proceso de urbanización y el desarrollo económico. El vertido de aguas residuales sin tratar suele ser más frecuente en los países de renta baja, pero la contaminación del agua no se limita a esas regiones. Tanto los países ricos como los pobres se enfrentan a altos niveles de contaminación del agua, y en lugar de disminuir con la mejora de la prosperidad económica, la gama de contaminantes en realidad tiende a aumentar.

«Tanto los países ricos como los pobres se enfrentan a altos niveles de contaminación del agua, y en lugar de disminuir con la mejora de la prosperidad económica, la gama de contaminantes en realidad tiende a aumentar»

Una fuente importante de contaminación del agua es la agricultura, que libera agroquímicos, materia orgánica, residuos de medicamentos, sedimentos y drenaje salino en las masas de agua. Los cultivos y la ganadería contribuyen de forma significativa a la contaminación del agua, especialmente con el mayor uso de pesticidas y fertilizantes. El estiércol animal, rico en patógenos, amoniaco y fosfato, posee una alta demanda biológica de oxígeno. A medida que crecen las poblaciones de nuestro ganado para satisfacer las demandas de nuestra creciente población, también lo hace el rendimiento del estiércol relacionado, así como el aumento de vacunas, antibióticos y hormonas.

Estos contaminantes agrícolas llegan a nuestras masas de agua a través de la percolación (filtración del agua a través de superficies porosas), las escorrentías superficiales y la erosión del suelo. Las escorrentías de los fertilizantes químicos que contienen nitrato y fósforo son una de las causas antropogénicas más importantes de la contaminación del agua, ya que provoca la eutrofización. Este proceso causa la proliferación de algas y, a la larga, puede reducir la calidad del agua, agotar los niveles de oxígeno y perjudicar la vida endémica.

Otra fuente de contaminación del agua son las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés), un grupo de sustancias químicas sintéticas con efectos nocivos para el medioambiente y nuestra salud. Estas sustancias químicas están por todas partes: se utilizan, entre otros muchos, en la ropa hidrófuga, los utensilios de cocina antiadherentes y los envases de alimentos antigrasa. Las PFAS tienen una vida útil de hasta varios miles de años, lo que les ha valido el apodo de «contaminantes eternos», y se han relacionado con problemas de salud como el cáncer y daños reproductivos. La mayoría de los escándalos sanitarios relacionados con las PFAS en EE. UU. y Europa han tenido que ver con suministros de agua potable contaminados. Sin embargo, hay empresas que se esfuerzan por remediar estos problemas.

Ejemplo de compañía: American Waterworks

Dentro de las estrategias de impacto de renta variable de M&G, una compañía en la que invertimos que ofrece soluciones al reto de las PFAS es American Waterworks, una gran empresa regulada de suministros públicos de agua y aguas residuales de Estados Unidos. American Waterworks está especializada en garantizar una alta calidad del agua y en investigar los contaminantes emergentes, incluidas las PFAS. Las soluciones de la compañía incluyen la instalación rápida y fiable de sistemas temporales de carbón activado granular (CAG), que ayudan a filtrar las PFAS del agua. El conocimiento de este ámbito sigue aumentando, pero la empresa cuenta con un equipo interfuncional centrado en el marco científico y normativo que rodea la detección de PFAS, junto con las tecnologías de eliminación emergentes.

Fuente: https://www.amwater.com/resources/pdf/american-water-PFAS.pdf

El plástico y los océanos

Como ha quedado bien documentado, la enorme escala del uso mundial del plástico plantea el desalentador reto de desarrollar prácticas de eliminación responsables. Cada año se filtran al océano entre 8 y 10 millones de toneladas métricas de residuos plásticos[8] , lo que provoca enredos, asfixia, ingestión de fragmentos de plástico, así como exposición a sustancias químicas asociadas al plástico para nuestros animales acuáticos.

Animales como las tortugas o las focas pueden enredarse en macroplásticos como las anillas de los paquetes de seis unidades, reduciendo su movilidad o provocando su estrangulamiento. Para las tortugas marinas, los macroplásticos flotantes, como las bolsas de plástico, son especialmente perjudiciales, ya que su estrategia de alimentación depende de la selección de estructuras similares a las medusas.

Los microplásticos poseen un nivel de peligrosidad similar, ya que pueden ser ingeridos por una amplia variedad de animales marinos, y transferirse a través de los niveles tróficos desde los organismos más pequeños a los más grandes. La exposición a los microplásticos también aumenta la probabilidad de enfermedades en los corales y, a través de la interacción con los arrecifes carbonatados y los productores primarios, los microplásticos dificultan la capacidad de secuestro de carbono de los ecosistemas marinos, comprometiendo algunos de nuestros sumideros naturales de carbono.

Ejemplo de compañía: Tetra Tech

Tetra Tech, una compañía de referencia dentro de las estrategias de impacto de renta variable de M&G, ofrece diversas soluciones para la gestión del agua, con el objetivo de ofrecer un «futuro del agua sólido». En la actualidad, Tetra Tech está llevando a cabo una evaluación plurianual de los riesgos de los microplásticos en una región concreta de EE. UU. En el marco de los esfuerzos por comprender los «sumideros» de microplásticos (acumulaciones de residuos plásticos deteriorados), la empresa está estudiando el papel de los lechos de vegetación acuática sumergida al atrapar microplásticos en los ríos Anacostia y Potomac, cerca de Washington DC, y cómo estos hábitats pueden ser una fuente de microplásticos que entran en la cadena alimentaria de la comunidad acuática costera. Los resultados de los estudios iniciales se han presentado a sociedades científicas, para entender mejor las implicaciones ecológicas de los microplásticos y desarrollar políticas para reducir la contaminación por plásticos.

Fuente: https://www.tetratech.com/projects/evaluating-the-risk-of-microplastics-in-coastal-waters

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[1] WWF, «El elevado coste del agua barata», (panda.org), 2023.

[2] ONU-Agua, «Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos de 2021: el valor del agua», (unwater.org), 2021.

[3] Sustainalytics, «Waste Not, Want Not – Water Use in the Semiconductor Industry», (sustainablytics.com), 2017.

[4] The Groundwater Project, «La importancia de las aguas subterráneas», (gw-project.org), 2024.

[5] Scientific American, «Pacific Northwest Heat Wave Killed More Than One Billion Sea Creatures», (scientificamerican.com), 2021.

[6] WWF, «Freshwater biodiversity», (panda.org), 2024.

[7] Instituto de la Universidad de las Naciones Unidas para el Agua, el Medioambiente y la Salud, «Half of global wastewater treated, rates in developing countries still lagging», (inweh.unu.edu), 2024.

[8] Unesco Ocean Literacy Portal, «Ocean plastic pollution an overview: data and statistics», (unesco.org), 2022.