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Si contemplamos la evolución de los mercados en última década, una tendencia seguramente vívida en la memoria de los inversores es el auge de las grandes tecnológicas, y en especial de los grupos estadounidenses, que se situaron a la vanguardia en sus respectivos sectores (como las redes sociales y las búsquedas por internet) y trastocaron otras áreas de actividad.
Su predominio lo ejemplifican Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Alphabet (la matriz de Google), el grupo de acciones conocido como «FAANG». Al aumentar sus perspectivas a largo plazo, sus cotizaciones (y las de sus homólogos) se dispararon entre 2010 y 2020[1]. Esta tendencia se vio catalizada más si cabe durante los confinamientos de 2020[2] debido a la mayor dependencia de la sociedad global en la tecnología para el trabajo y el ocio, lo cual impulsó a la renta variable estadounidense hasta nuevos máximos[3].
Independientemente de si continúa o no el auge de las grandes tecnológicas, creo que un tema emergente dominará los mercados globales en la próxima década: la aparición de la sostenibilidad como prioridad inmediata y fundamental para los inversores.
El imperativo de la sostenibilidad
La pura y simple verdad es que la toma de medidas transformativas para abordar el cambio climático ya no puede aplazarse más. En 2019, Naciones Unidas estimó[4] que las emisiones globales deberían caer una media del 7% cada año desde 2020 hasta 2030 para limitar el aumento de la temperatura media de la superficie terrestre a 1,5º C respecto a los niveles preindustriales, un nivel al cual los riesgos y el impacto del cambio climático son más bajos. Para lograr este objetivo, recogido en el Acuerdo de París de 2015, debemos lograr cero emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial de cara a 2050.
Superar este reto requiere reducciones profundas y de gran alcance de las emisiones en todos los aspectos de la economía en la década actual. Yo veo tres áreas clave en las que las compañías pueden ayudar de forma significativa en la lucha contra el cambio climático.
La primera es el recorte directo de emisiones en sus actividades o productos, ya sea sustituyendo insumos intensivos en carbono con alternativas renovables o diseñando componentes y sistemas que mejoren la eficiencia energética. La segunda son las soluciones corporativas que reducen la capacidad contaminante de la industria y del transporte, que en su conjunto representan un 35% de las emisiones totales a nivel global. La tercera es la contribución de las empresas a una economía más circular eliminando los residuos de su diseño y manteniendo materiales en uso.
Los «SOLVERS»
En lo que respecta a la transición a una economía de bajas emisiones y eficiente en su uso de recursos, las compañías europeas van a la vanguardia. Esto no debería sorprender a nadie, pues cabe afirmar que Europa ha tomado más medidas[5] que otras grandes economías para abordar las causas del cambio climático, creando un entorno favorable para las innovaciones verdes.
Las compañías europeas se han convertido en líderes globales en sus respectivos campos. En mi opinión, esta tendencia es ejemplificada por un grupo de pioneras que han desarrollado soluciones para los retos más importantes a los que se enfrenta el mundo, y que podríamos bautizar como «SOLVERS».
Schneider Electric – Schneider es un líder en sistemas eléctricos de bajo consumo, desde dispositivos de bajo voltaje hasta soluciones que optimizan procesos en edificios, centros de datos, el sector industrial y la red. El grupo francés, elegido como «la compañía más sostenible del mundo» en 2021[6] por Corporate Knights, permitió a sus clientes evitar la emisión de 89 millones de toneladas de CO2 equivalente en 2019, según estimaciones de la empresa[7].
Orsted – Ørsted es un líder en energía eólica marina y ha construido más parques eólicos marinos que ninguna otra compañía del mundo. Sustituyendo combustibles fósiles por electricidad generada por el viento, el grupo danés (que se propone alcanzar la neutralidad de carbono en 2025[8]) estima que evitó la emisión de 13 millones de toneladas de CO2 equivalente en 2020[9].
Linde – Linde es uno de los principales productores de gases industriales, desde oxígeno para hospitales hasta hidrógeno para combustibles limpios. El grupo germano-estadounidense también proporciona soluciones de procesamiento de gases que permiten a las compañías mejorar su eficiencia y recortar emisiones. Las aplicaciones de Linde permitieron evitar la emisión de 100 millones de toneladas de CO2 equivalente en 2019[10], según estimaciones propias.
Vestas – Vestas es un líder en la fabricación de turbinas eólicas y el mayor proveedor y operador de turbinas terrestres del mundo. Al permitir a sus clientes aprovechar el viento para generar electricidad de forma eficiente, la compañía danesa calcula que sus turbinas evitaron la emisión de 186 millones de toneladas de CO2 equivalente en 2020[11].
EDP Renováveis – EDP Renováveis es un líder en energía verde que genera un 100% de su electricidad de fuentes renovables, sobre todo turbinas eólicas. Al permitir la sustitución de combustibles fósiles, la compañía portuguesa calcula que ayudó a la sociedad global a evitar la emisión de 19 millones de toneladas de CO2 equivalente en 2019[12].
Rockwool – Rockwool es un líder en la fabricación de aislante no combustible de lana mineral, que reduce significativamente la necesidad de calefacción en viviendas y oficinas, y con ello el consumo de energía. La compañía danesa estima que el aislamiento para edificios que vendió en 2019 podría evitar la emisión de 200 millones de toneladas de CO2 equivalente durante su vida útil[13].
DS Smith – DS Smith es un líder sectorial en envasado sostenible que demuestra el potencial del reciclaje de circuito cerrado, un proceso mediante el cual los residuos se recogen, reciclan y reutilizan para fabricar el mismo producto original. Empleando materiales reciclados en sus cajas de cartón corrugado, M&G estima que la compañía británica evita la tala de 55 millones de árboles al año[14].
Al igual que el acrónimo FAANG es más simbólico que completo (omite acciones de gigantes tecnológicos como como Microsoft), esta lista no es ni mucho menos exhaustiva: existen muchas más empresas punteras en soluciones sostenibles, varias de ellas ubicadas en América del Norte.
Las compañías europeas (y las soluciones que desarrollan) parecen jugar un papel decisivo en la reducción de las emisiones, pese al hecho de que sus nombres todavía no forman un acrónimo mundialmente famoso.
Potencial a largo plazo
El cambio climático plantea un peligro real e inminente para el bienestar de las personas y para el planeta. En el marco de la concienciación creciente sobre la urgencia del reto al que nos enfrentamos, creo que compañías como los «SOLVERS» están bien situadas de cara al crecimiento sostenible a largo plazo.
La próxima década presenta una ventana crítica en la cual todavía estamos a tiempo de cambiar el rumbo del cambio climático. Para ello no solo tendremos que cambiar nuestro comportamiento, sino también invertir en gran medida —y con apremio— en la transición hacia una economía con bajas emisiones de dióxido de carbono.
La transición global para reducir el impacto de la actividad humana en las próximas décadas ya ha comenzado, impulsada por los esfuerzos para lograr una recuperación más sostenible tras la recesión mundial provocada por el COVID-19. En Europa, la sostenibilidad es uno de los pilares del plan de recuperación «Next Generation EU», que destinará 750.000 millones de euros a inversiones dirigidas a recortar las emisiones y fomentar las fuentes renovables y la eficiencia energética. El respaldo gubernamental debería ser un viento de cola para empresas capaces de acelerar esta transición, pero incluso sin él, el conjunto de la sociedad exige cada vez más productos y servicios más sostenibles.
No tiene por qué existir una disyuntiva entre el beneficio y el planeta.En mi opinión, las empresas capaces de proporcionar soluciones al reto climático pueden presentar oportunidades atractivas a los inversores con horizontes a largo plazo. A su vez, estos pueden contribuir a la solución de la emergencia climática.
El valor y los ingresos de los activos del fondo podrían tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente.
Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión. No podemos ofrecerle asesoramiento financiero. Si no está seguro de que su inversión sea apropiada, consúltelo con su asesor financiero.
Acerca el autor
Randeep Somel ha gestionado el M&G Climate Solutions Fund desde su lanzamiento en noviembre de 2020. Randeep se unió a M&G Investments en 2005 y gestionó los fondos M&G Global Themes y Managed Growth entre 2013 y 2017. En 2019 fue nombrado gestor asociado del M&G Positive Impact Fund y es miembro del Comité de renta variable de impacto.
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[1]. Top Stocks Of The 2010s | Nasdaq.
[2]. Tech’s top seven companies added $3.4 trillion in value in 2020 (cnbc.com).
[3]. S&P 500® – S&P Dow Jones Indices (spglobal.com).
[4]. https://www.unenvironment.org/news-and-stories/press-release/united-science-report-climate-change-has-not-stopped-covid19.
[5]. Avance realizado recortando emisiones | Acción por el clima (europa.eu).
[6]. Top company profile: Schneider Electric leads decarbonizing megatrend | Corporate Knights.
[7]. SCHNEIDER SUSTAINABILITY REPORT 2020 – Climate Contribution (se.com).
[8]. Informe de desempeño ESG 2019 de Ørsted.
[9]. esgperformance2020 (orsted.com), p.18.
[10]. Climate Change (linde.com).
[11]. Informe de sostenibilidad 2020 de Vestas (p.2).
[12]. Informe anual online EDPR 2019 | EDP Renováveis.
[13]. A net carbon negative impact (rockwool.com).
[14]. Informe de impacto anual 2020 del M&G Positive Impact Fund, p.38 (estimación de M&G).